Por:
José S. Méndez
Se habla que el hombre que más se parece a Dios es
el juez.
Muchas veces la libertad o el patrimonio de una persona están en manos de un
magistrado. En adición a ello Edison ha manifestado: “No hay otra virtud más
grande y divina que la justicia”.
Frente a esta situación la sociedad Dominicana
siente dudas ante la justicia, debido a que son muchos los casos de personas
acusadas de asesinatos, narcotráfico, corrupción, atracos, estafas, el robo del
dinero del erario público, son puestos en libertad o sus casos no son conocidos
por los tribunales.
Nos preguntamos ¿Se
toma en cuenta la formación del juez, su intelecto, su carácter y su honor, su
humanismo y la conducta moral de la persona que aspira a tan importante cargo?.
No se puede negar que ser juez, es la decisión consciente de servir a la
comunidad en un doctrinal absoluto, administrando justicia en los tribunales,
interpretando la ley y la filosofía del derecho, para aplicarla con autoridad y
decisión honorables de manera habitual. Creemos que quien o quienes escogen
esta profesión, es porque están decididos a la aplicación edificante de
justicia, porque en verdad se siente ser persona justa como –señala- el Dr.
José A. Silie Gatòn ya fallecido, en su libro “Ética del Juez”, agrega el jurista Silie Gatòn que en la
conceptualización real de los valores que siente vibrar en su alma y los
sentimientos de servicio que le animan.
Hoy en día la
corrupción ha permeado todas las instituciones del Estado, la Policía Nacional,
las Fuerzas Armadas, a los Abogados, a los Medios de Comunicación, a las
Iglesias, a los Partidos Políticos, al Comercio, a los Industriales y al
Sistema Educativo, es para que muchos argumenten con ciertas razones que
parecería que estamos en los últimos tiempos.
Es necesario
citar nueva vez al jurista italiano Francisco Carnelluti en su obra “Las miserias del proceso penal”: cuando
manifiesta que el juez es el ser que está en la más alta escala social, debido
a la noble función que desempeña. No
existe un oficio más alto que el suyo, ni una dignidad más importante. Esta colocado en el aula sobre la cátedra y
merece esta superioridad.
¿Se podría negar?
que por compromiso del honor, con imperio absoluto sobre su voluntad y por
virtud de un orden de sentimientos relevantes, al juez le
corresponde oficiar patrióticamente ante el altar de la competencia, que es la
disposición del espíritu dirigido al desempeño eficiente de la investidura de
su cargo.
Es cierto que
unas de las transformaciones más virtuosas experimentadas en la individualidad,
es la consignada como emancipación personal, frente al hecho común de que los
seres humanos somos seres obedientes de las pasiones, los vicios, las creencias
y hasta de las propias ideas aberrantes que a diario nos hacer renunciar con
reflexiones equivocadas, es por ellos que se llega a la conclusión de que los
jueces no son todo lo autónomos con los signo civilizadores de seres superiores
como demanda la naturaleza humana racional.
Todo ser humano
debe colocarse en el sentido más alto de la ética al momento de tomar
decisiones y en su accionar personal en la vida diaria.
Sabemos que el
dinero corroe sentimientos y decisiones, pero se debe poseer temples similares
a la dureza del acero para no ser asaltado por las bajas pasiones y los vicios
que apartan al hombre de su nobleza divina.
Los hechos que
se suceden en los tribunales cuando ciertos jueces benefician con sentencias
benignas, a acusados de asesinatos, de violaciones sexuales a menores, a
narcotraficantes a imputados de corrupción, las personas lanzan sus gritos al cielo tal es el caso de que la Procuraduría
Fiscal del Distrito Nacional presentó un recurso de apelación el día 7 de
enero, contra la decisión emitida por la jueza Margarita Cristo Cristo, de la
Unidad de Atención Permanente en la que impone medidas no privativas de
libertad a dos acusados de realizar una transacción de 108.14 kilos de cocaína
en la avenida Sarasota, en el sector Bella Vista, y de que a un tercer
implicado solo se le dictara un mes de prisión preventiva.
Los
favorecidos por el dictamen de la jueza Cristo son Carlos Manuel González
Cuevas y Daniel Moreta Díaz, mientras que a Dante Reynoso Valdez se dictó
solamente un mes de prisión preventiva.
Asegura que
además de los 103 paquetes de drogas que les fueron ocupados al momento de ser
arrestados, en la avenida Sarasota esquina Los Arayanes del sector Bella Vista,
se les ocupó a los acusados una pistola marca Bersa, calibre 9 milímetros, una
marca Glock, varios teléfonos, cápsulas y dos vehículos.
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