jueves, 2 de enero de 2020

ES TIEMPO DE AGRADECER, BIENVENIDO EL 2020



Por Emilia Santos Frias

Mi convicción de hoy es que, al levantarnos este primer día de enero, fecha en que damos la bienvenida al 2020, pudimos agradecer al Todopoderoso por tantos dones recibidos en el 2019; por la familia que, con sus bemoles y heterogeneidades, es la familia en que nos tocó nacer, para aprender de ella y con ella.

Dar gracias también, por la otra familia, esa que construimos en nuestro caminar; esa que nos regaló la vida. Quizás no es tan extensa, pero, es bien variada. Espero, además, que hayamos podido decir gracias Dios, por nuestros hogares y las bendiciones recibidas; por logros alcanzados a nivel académicos, sociales; por la salud, aunque esté quebrantada en este momento.

Agradecer porque con las fiestas por Navidad y año nuevo: hermosa época, que con el colorido de sus adornos y la celebración de nuestras tradiciones, nos permitió también honrar a nuestros antepasados y fortalecer la cultura autóctona. De igual forma, por haber brindado con el vestido de la alegría, abrazados al perdón y la esperanza.

Encumbramos nuestras copas por las metas alcanzadas durante los últimos 12 meses, y recordamos con cariño a nuestros seres queridos que fueron llamados al encuentro con el Señor; pidiendo, además, robustecer las relaciones de confraternidad, con quienes nos rodean.

Este será un venturoso 2020. Gracias al 2019 y a la magia de su Navidad, inspirada en la vida de Jesucristo, Dios y hombre, época que nos permitió convertir a extraños en familia; esos con consolaron al que llora, al que sufre, al enfermo.

Este nuevo año que inició y también la nueva década, nos invitan a alcanzar nuevas metas, planificar acciones centradas en lo posible. Recordemos que hablamos de nuestras vidas, y estamos llamados a vivirla plenamente, tomando en cuenta todo lo que nos ofrezca bienestar, siempre abrazado sentimientos benignos, para nosotros y para quine forma parte de nuestro diario vivir.

Igualmente, el 2020, nos invita a renunciar a banalidades y asumir ser real. A abrazar la sinceridad. Ese es el verdadero significado de la Navidad que acabamos de celebrar: envolvernos en lo sencillo, abrigarnos con la humidad y ver la vida con esperanza.

Nuestra familia y nuestro país en este 2020, nos necesitan más que nunca. Hoy es el inicio de una grandiosa década, y sé que la culminaremos cargada de logros sociales, avances, reducción de desigualdades, llena de oportunidades para todas y todos; no importa la raza ni el color de la piel, como dice el himno. Ni la edad, ni la clase social. República Dominicana, avanza con tu aporte y con el mio, hacia un presente promisorio.  Feliz y próspero 2020, un año, que nos entrega como desafío, el fortalecimiento de la educación doméstica de nuestros descendientes: base para alcanzar los logros propuestos.

La autora reside en Santo Domingo. Es educadora, periodista, abogada y locutora.








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