lunes, 21 de octubre de 2019

AL DEFENDER LOS SIMBOLOS PROTEGEMOS NUESTRA IDENTIDAD


Por Emilia Santos Frias
Hoy con más fuerzas que antes, doy gracias los padres y las madres que fundaron la República Dominicana, por su enorme sacrifico, entrega y el gran legado: una patria libre, hermosa, fuerte; de gente buena y alegre.
Me siento muy orgullosa de ser dominicana, legado de nuestros héroes y heroínas patrios. Amo mi etnia y lo que ella históricamente representa: tesón, arrojo, coraje, valor, amor, lucha por el desarrollo de una patria libre en todos los sentidos. Pujante; de gente sencilla, que confía; amable, pero valerosa en las adversidades. Una tierra culturalmente rica.
Es por ellos, que como educadora y ente llamada a la protección de derechos humanos, no puedo quedarme callada cuando unos pocos transgreden nuestra herencia patriótica. Hoy el murmullo generalizado es el uso incorrecto de nuestra Bandera Nacional: el símbolo más excelso de nuestra patria, cuya fecha en que fue enarbolada por primera vez:  27 de Febrero del 1844, significa dominicanidad…, todos conocemos las razones!.
El repudio colectivo que hace la opinión publica en las redes sociales, al mal uso de nuestros símbolos patrios, que incurren algunas empresas e instituciones, loable. Eso demuestra que estamos haciendo ejercicio fuerte de ciudadanía. El Instituto Duartiano y Efemérides Patria deben hacer lo propio.
Las empresas e instituciones que actualmente están usando nuestra Bandera Nacional, sin el escudo: otro preponderante símbolo patrio, deben ser increpadas.
Me llena de orgullo ser ciudadana del único país en el mundo que su bandera nacional, tiene una biblia, abierta en el Evangelio de San Juan capítulo 8, versículo 32: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Una gran verdad, crea usted en Dios o no.
Voces agoreras de algunos escépticos y ateos, han planteado que esa es una razón para quitar el escudo de nuestro símbolo, porque la población posee personas que no son cristianas…, además indican que el cristianismo nos lleva a aquel fatídico encuentro entre dos mundo en1492; nos recuerda a quienes cristianizaron  y con su paso, también extinguieron la raza aborigen. Pero, resulta que los derechos humanos, nos gusten o no, deben respetarse y garantizarse. Por tanto, es desatinado vulnerarlos.
Esas son las voces  que ponderan el uso de manera generalizada  de la bandera mercante, que es la misma Bandera Nacional, pero, sin escudo. Como su nombre, la Constitución y la normativa de uso de símbolos patrios indican, ésta  debe ser utilizada en embarcaciones, generalmente, colocada en la proa de los buques para indicar la nacionalidad de su procedencia.
Esas voces hacen caso omiso al artículo 45 de la Carta Magna, que consagra la libertad de conciencia y de cultos, la que el Estado debe garantizar. Todos somos parte de su cumplimiento. La ley es muy clara cuando indica el compromiso que debe asumir cada dominicano y dominicana. Por tanto, debemos accionar con nuestros deberes. Es necesario ser más respetuoso, cuidadoso con nuestros símbolos patrios, las creencias ideológicas y religiosas.
El respeto a nuestros símbolos debe ser absoluto. Conocerlos, izarlos y cantarlos con orgullo. Poseerlo costó la vida de nuestros mejores hombres y mujeres. Ellos lo dieron todo y un poco más, para que hoy gocemos en este terruño de democracia. La que nos insta respetar derechos, como la cultura, el valor de la identidad cultural, individual y colectiva,  el patrimonio cultural; la libertad de conciencia y de culto.
Estas son razones más que suficientes para decirle a las empresas que están utilizando la bandera nacional sin escudo, es decir, la bandera mercante (en publicidad y promoción de productos alimenticios), así como, instituciones públicas, entre ellas, según las redes sociales, la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM), la Junta Central Electoral (JCE), entre otras,  que cometen una yerro mayúsculo contra la patria.
Esa pifia, tiene muchas lecturas: ponderación de la filosofía de los grupos antinacionalistas; esos que no quiere el bien de nuestro país, y buscan lo impensable. Antes, durante y después de nuestra independencia para este pueblo obtener lo que posee, ha sacrificado muchas vidas, las de sus grandes dominicanos y dominicanas. El pueblo que no conoce su historia puede repetir estadios de sufrimiento. Las invasiones comienzan de manera sutil, accionando estrategias de grupos antinacionalistas, que conviven con nosotros, y se han ganado nuestra confianza para poder transmitir los encargos de sus logias. Pero, descuiden, no perderemos nuestro sentimiento nacionalista, nuestra identidad nacional, y aunque nuestra etnia se mezcle, no vulneraran nuestra nacionalidad, ni nuestra soberanía nacional! El color blanco de nuestra bandera siempre nos recordara su significado: libertad, y  su disfrute es infinito.
El descuido mayúsculo de alguno, parece adrede, pues es bien sabido que, obligatorio enhestar la bandera nacional en todos los edificios y dependencias oficiales, embajadas, delegaciones y consulados de la República situados en el extranjero. También en todos los edificios públicos e instalaciones militares y judiciales.
La Bandera Nacional, símbolo superior, junto al Escudo e Himno Nacional, llenan de orgullo cada fibra de nuestro ser. Bien plasmó en el himno que le escribió el connotado escritor y periodista Ramón Emilio Jiménez, y el destacado músico Juan Francisco García, al componer:.., ¡Nos sentimos arder a tu influjo, la luz viva de un fuego interior, cuando flotas alegre, besada por los cálidos rayos del sol!
¡Dios¡, parece decir, ¡oh bandera¡ la sublime expresión de tu azul;¡Patria¡, el rojo de vivida llama; ¡Libertad¡, dice el blanco en la cruz. Mientras haya una Escuela que cante tu grandeza bandera de amor, flotarás con el alma de Duarte, vivirás con el alma de Dios.
La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom.

Es educadora, periodista, abogada y locutora.

No hay comentarios: