SAN PEDRO DE MACORIS, RD.-Los hijos de los inmigrantes cocolos de aquí no han tenido problemas con sus documentaciones y han hecho su vida normal como dominicanos teniendo acceso a la educación pública, privada y a otras actividades.
Así lo revelaron varias personas que vinieron como inmigrantes e hijos de esos inmigrantes que pidieron reserva de sus nombres, las cuales entienden que a lo mejor no tuvieron problemas porque comparados con los haitianos, es una etnia muy reducida.
Indicaron que hasta el momento la Junta Central Electoral (JCE) no le ha retenido actas de nacimiento y que siempre sus abuelos y padres han tenido sus identificaciones clara sin ningún tipo de inconvenientes, ya que siempre han cumplido con las leyes dominicanas.
TESTIMONIOS
La profesora Ada John quien es hija de cocolos nació en el ingenio Cristóbal Colon (El Guano) en el 1937 y narra que los cocolos siempre se han destacado por su honestidad, disciplina y la dedicación al trabajo.
Ada laboro por 45 años como maestra en el Liceo José Joaquín Pérez en las tandas matutina y nocturna dando clases de inglés y otras materias.
Su padre Ephraim (Efrain) John vino al país desde la isla de Santa Lucia, perteneciente a Inglaterra en la década del 20 y laboro como jefe de línea en el Ingenio Colon y se acento en la comunidad del mismo nombre, y su madre Eulalia Hazel, de San Martin, perteneciente a las Islas Holandesas se dedicó a los oficios domésticos.
“Esa época era diferente, ya que los padres se ocupaban de darle una buena educación a sus hijos y se preocupaban de que estudiaran y trabajaran, lo que ha permitido que los cocolos sean personas de respeto”, expreso la educadora.
Dijo que los hijos de los cocolos nunca han tenido problemas con sus documentaciones, pero que los que tuvieron dificultades con sus documentos fueron los que venían de las islas a trabajar, ya que al momento de salir del país tenían que ponerse al día con sus documentos.
Sostuvo que los inmigrantes cocolos vinieron a residir a los ingenios Consuelo, Quisqueya, Angelina, Santa Fe y Porvenir y una parte se radico en el sector Miramar, y que vinieron a trabajar en el corte de caña.
Muchos se insertaron en diversas áreas donde se destacaron, entre ellas en la carpintería, albañilería, la educación, el beisbol, la religión, la pintura como es el caso de Adolfo Nadal, hijo cocolos quien residen en el sector Miramar y se ha destacado como artista plástico.
Ada John señalo que cuando sus padres vinieron al país, en esa época también llegaron unos 400 procedentes de las islas inglesas y holandesas.
Dijo que muchos de sus hermanos que nacieron la comunidad El Guano, se trasladaron a San Martin donde residen.
Por su parte Federico Weeks quien tiene 68 años y que prácticamente todo el tiempo laboro en el ingenio Porvenir, dijo que su padre Jaime Weeks era de origen de la isla de Nieves y trabajo como liniero en el ingenio y su madre Patricia Green.
También su esposa Oliva Cristóbal Abott es descendiente de cocolos de esas islas, al igual que Rafaela Barry hija de Nicola Barry quien fue una de los mejores maquinistas del ingenio Porvenir de ese entonces y era de Sant Kitts, estas familias residen en el Batey Central del citado ingenio el cual fue un sector de San Pedro de Macorís donde todos sus residentes eran cocolos.
La mayoría de las personas cocolas que vinieron a esta ciudad a laborar en la industria azucarera han muerto y otros están en cama con edades sobre los 90 años.
De su lado Adolfo Nadal quien nació en el municipio Consuelo en el año 45 y en la actualidad reside en el sector Miramar de San Pedro de Macorís, hijo de Horacio Alberto Jaris nativo de Nieves, Islas Vírgenes y Matilde Nadal Duncan, quien nació en Consuelo, dijo que los hijos de los cocolos no tenían problemas con sus documentaciones porque eran protegidos por la Iglesia Episcopal.
Sostuvo que la iglesia era la que se encargaba del proceso de cómo legalizar a los hijos de los inmigrantes cocolos, por lo que no tuvieron ningún tipo de dificultades.
Nadal indico que los cocolos eran temerosos de las autoridades como inmigrantes y que tenían que pagarle al gobierno dominicano 75 centavos de impuesto por estar en el país en calidad de extranjeros.
Explico que esos obreros estaban en el país seis meses hasta que terminara la zafra azucarera y luego retornaban a la isla de origen.
Manifestó que los cocolos se preocupaban por pagar los impuestos para estar bien con el gobierno dominicano.
Expreso que los hijos de los obreros inmigrantes que nacían bajo la administración norteamericana, porque
ellos eran los que tenían el control de los ingenios, se sentían protegidos
debido a que no estaban en propiedades de la administración del gobierno de
Trujillo.
“Para la guardia de Trujillo
penetrar a los ingenios tenían que pedir un permiso, ya que esos centrales eran
administrados por los norteamericanos y tenían su propia guardia de seguridad, dijo Nadal.
Indicó que tuvieron algunas
limitaciones en las áreas de beneficio social como el no acceso a la educación pública para
sus hijos por discriminación
por su condición de ser negro.
Dijo que por esa razón los cocolos
crearon sus propias escuelas que funcionaban en los ingenios Porvenir,
Consuelo, Quisqueya y Santa Fe, a las cuales les llamaban “ escuelitas
cocolas”, aunque los hijos de los jefes de esos centrales pese a ser extranjeros
tenían acceso a las escuelas y colegios, ya que eran de color blanco.
En la actualidad los biznietos,
nietos e hijos de esos inmigrantes cocolos
están haciendo los procedimientos legales para reclamar las tierras que
dejaron sus parientes en San Pedro de Macorís y otros puntos de la región Este.
Muchas de esas personas
salieron del país en esos años y dejaron abandonadas esas tierras, a otros le
fueron quitadas de forma irregular y otros murieron, pero que eran legítimos
dueños de esas propiedades.
HISTORIA DE LOS COCOLOS
Los cocolos llegaron a San
Pedro de Macorís a principio del 1900, muchos se instalaron en el sector Miramar, los
ingenios Consuelo, Quisqueya, Santa Fe y
Porvenir donde todavía muchos de ellos residen junto a sus descendientes.
Los cocolos tenían ciertas
conquistas de plusvalía, ya que en su mayoría eran técnicos, aunque gran parte
vinieron al corte de la caña, cuando nace el ingenio Las Pajas, el más viejo que
contaba la región Este del país.
La mayoría de los cocolos
vinieron de las Islas Vírgenes como son Sant Kitts, Nieves, Anguilla, San
Martin, San Thomas, Aruba y Adnegada.
Los apellidos de los
inmigrantes cocolos que más presencia han tenido en esta provincia son Watly, Jones, Walcot, Richardson, James,
Nadal, Jilhouses, Dinzy, Wanterpool, Piterson, Patherson, John, Hazel, Drnker,
Lamber, Weeks, Abott, Barry, Green y otros.
Sin lugar a dudas que la
comunidad cocola ha sido de gran soporte para San Pedro de Macorís y todavía
tienen gran presencia en esta provincia principalmente en los lugares donde
operaron los ingenios.
En la actualidad muchos residen
en el sector Miramar donde la familia Dunker Lamber mantiene la cultura cocola
con su negocio de nombre “El Rincón Cocolo”, de venta de comidas cocola, como
los Don Plin, yaniqueue, el pisó, pescado con coco, bacalao y otras.
Los cocolos mantienen su
tradicional baile con los grupos Los Guloyas y Los Guloyitas, los cuales son presentados en
diversas actividades específicamente con los turistas que vienen a esta ciudad.
Se recuerda que la UNESCO
declaró a Los Guloyas patrimonio cultural de la humanidad.
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