Por José S. Méndez
La Republica Dominicana levantó, su voz de defensa
a su soberanía, ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, en contra de las
pretensiones de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos que exige al
país, modificar su Constitución, para que hijos de extranjeros ilegales, nacidos
en el país, se les otorgue la nacionalidad dominicana.
El ex presidente de la Republica el Dr. Leonel
Fernández Reina, quien fue invitado por la Cátedra de las Américas de ese
organismo multilateral para que dictara una conferencia Titulada: “La OEA,
democracia y derechos humanos”, en su exposición el conferencista manifestó que
en la Republica Dominicana no existe el jus
solis automático, y por consiguiente no se adquiere la nacionalidad por el
simple hecho de nacer en el territorio.
Con esta posición expuesta por el ex presidente,
Dr. Leonel Fernández ante la OEA, queda demostrado que la credibilidad y el
talento de un hombre como Leonel ofrecen al mundo las ideas claras de que somos
un país soberano y que no estamos dispuestos aceptar las injerencias
extranjeras, en nuestros asuntos de Estado, no es la primera vez que Leonel
Fernández habla al mundo en eventos internacional de esa naturaleza de otros
asuntos que tienen que ver con los derechos humanos y el derecho de los pueblos
que tienen economías débiles, a que se le otorgue buenas oportunidades para que
así, obtengan sustanciosos beneficios y puedan paliar su desigualdades sociales
internas.
Nos preguntamos ¿Cuáles son los intereses que
obligan a otras naciones a tomar posturas de irrespeto en contra de la
Republica Dominicana, pretendiendo imponerle condiciones que podrían en un
futuro próximo poner en juego, la estabilidad política y su desarrollo
económico sostenible, debido a que la economía Dominicana en estos momentos
está creciendo, pero con una inmigración ilegal desproporcionada como es la
inmigración haitiana eso es desastroso para la sociedad dominicana?
Es importante dar a conocer a la opinión pública
nacional que apenas un año de haber sido fundada la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) en 1948 se llevó a efecto un estudio sobre la
problemática Haitiana cuyos resultados fueron publicados en New York y los
mismos recogen una serie de recomendaciones de carácter general y particular,
repartidas en las siguientes materias: Desarrollo Agrícola, Pesca,
Desarrollo Industrial, Institución Pública, Salud Pública, Moneda y Crédito y
Finanzas Públicas.
De todas estas conclusiones la más aterradora es
la que sirve para evidenciar que Haití constituye un serio problema en el
ámbito panamericano y – la comisión lo considera de interés internacional – y es por esta razón que la Republica
Dominicana, no desea, ni puede soportar esa
terrible carga, ni activa, ni pasivamente, en razón a que constituye una
amenaza inminente al Estado Dominicano.
Con sobrada razones la visión que posee Leonel Fernández en este grave problema lo
motivan a expresar ideas o frases cargadas de suficiente sentido lógico, debido
a su alta capacidad en asuntos relacionados con temas internaciones
relacionados con la nacionalidad, cuando dice “que a nivel mundial, las
tendencias de los países ha sido la de restringir el otorgamiento de la
nacionalidad de forma automática, debido, principalmente al volumen de la
inmigración, que ha hecho insostenible para algunos estados con el jus solis
incondicional”.
Quien podría negar que el Dr. Leonel Fernández al
hablar en la sede de la Organización de Estados Americanos está siendo un
urgente llamado a la comunidad internacional, diciéndole que la República Dominicana no puede ni debe ser obligada aceptar condiciones que afectan su
soberanía y su condición de Estado poseedor de deberes y derechos, los cuales a
demostrado respetar por razones de derechos humanos y la solidaridad que
siempre hemos mostrado con el pueblo haitiano.
La Voz, de Leonel Fernández, la cual posee virtudes
de talento y pureza, ofreció, luz al mundo en la OEA, diciéndole a la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) que la solución a los problemas
de Haití, no deben buscarlos en la Republica Dominicana, y que desde el momento
que el país aceptara la imposición de ese organismo, desde ese mismo instante
desaparecería, como Estado
libre y soberano.
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