sábado, 24 de mayo de 2014

DONDE HAY POLITICOS CON PRINCIPIOS ETICOS NO FUNCIONAN LAS MAFIAS


Por: José S. Méndez

Los organismos de inteligencia del mundo especializados en el tema de las mafias consideran “que la actividad principal de una mafia consiste en ofrecer protección a cambio de remuneración”. En apariencia        
-agregan- los expertos “que la industria mafiosa brinda una protección contra la violencia ordinaria (es decir, contra la delincuencia común)”.

Se habla que la mafia se presenta entonces como una industria de protección privada o más exactamente, como una industria que produce y vende protección privada. Este tipo de organizaciones parecen llenar las lagunas de un Estado ausente, débil o desacreditado en una tarea, en principio fundamental.

Hay que tomar en cuenta que no hay mafia que perdure sin la complicidad de la política. Esta triste realidad nos ofrece una lección fundamental de la historia del fenómeno mafioso, porque plantea la cuestión del grado de resistencia ética de la clase política frente a poderes corruptores y violentos al lucrativo mercado de la seguridad. En este ámbito la mafia propone y con frecuencia impone un servicio en el mercado de la seguridad global (física, material o económica) contra un riesgo real, imaginario o provocado por ella misma.

A juicio de uno de los más grandes especialistas mundiales en los estudios de las organizaciones mafiosas, en su historia y funcionamiento, el Dr. Jean-François Gayraud se pregunta ¿Cuál es la naturaleza profunda de una mafia? “Un análisis inicial y superficial tendería a reducir una mafia a su dimensión criminal (desviación social, ilegalidad y marginalidad, búsqueda de beneficio y empresa), que agrega a sus objetivos visibles y materiales”.

Jean-François, que también es autor de varias obras sobre asuntos policiales y el crimen organizado, señala que “la naturaleza de una mafia nunca es de igual naturaleza o valor que otra cosa: no es una entidad criminal pura, ni una institución económica específica, ni una mera organización política. Una mafia desempeña múltiples funciones sociales y presenta distintos rostros”.

Se puede asegurar como afirma este experto “que la matriz mafiosa es una maquina capaz del dominio político, el enriquecimiento criminal y el arraigo social”. En esto reside su originalidad, su fuerza histórica y probablemente el secreto de su supervivencia.

“El poder mafioso, por su acercamiento al poder dominante, motiva que las mafias más evolucionadas cohabitan con las elites políticas y económicas, con los bancos, el sector financiero, los sindicatos, los partidos políticos y el sector empresarial y se hace cada día más fuerte porque también tiene enérgicas conexiones con los tribunales y grupos de abogados que defienden a estas organizaciones”.

Coincidimos con la tesis de los especialistas en el tema de las mafias “de que las posibilidades de supervivencia de una mafia dependen del control que puede ejercer sobre todo o parte del aparato político”. Son numerosas las entidades con sentidos mafiosos que acompañan a la emigración, al margen de los motivos que la originen, el hambre, la guerra, la represión política u otras razones.

Citamos nueva vez al autor de la obra titulada “El G 9 de las Mafias en el Mundo”, geopolítica del crimen organizado que dice: “las mafias no son una anomalía ni una patología, sino el indicador de la evolución criminal del mundo”.

Nosotros concluimos citando la poesía de Charles Baudelaire, “el mayor engaño del diablo consiste en convencernos de su inexistencia”.  

   

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