jueves, 13 de febrero de 2014

LA MALDAD POLITICA VS LA ETICA


Por: José S. Méndez

Nadie puede negar que el problema más importante en el mundo entero hoy en día es la existencia del mal. El tema ha atraído a psicólogos, teólogos, filósofos, artistas, novelistas, compositores y médicos.

Podemos mencionar que el problema del mal es una cuestión fundamental de la vida, porque también la filósofa Hannah Arendt escribió en 1945 que esta problemática es un asunto que sería fundamental en la vida intelectual en la Postguerra Europea, pero se ha demostrado que ha abarcado todo el ámbito mundial.

Los expertos en criminología señalan que la maldad nos amenaza de tal forma que los huracanes, el calentamiento global, las epidemias de gripe y los pánicos financieros, por terribles que sean, parecen pequeños en comparación con el terrorismo, el crimen organizado, la corrupción y las organizaciones mafiosas. La maldad está presente en nuestro alrededor, y exige de todo nuestro esfuerzo para comprenderla, si queremos contenerla.

En las sociedades occidentales ocurren grandes protestas cuando sus líderes políticos responden al mal involucrándose ellos mismos en actos malvados como son el narcotráfico, el escándalo financiero y el crimen organizado, pero como lo consideramos “nuestros” dirigentes, que luchan por defender nuestros “valores”, siempre existirá una fuerte resistencia a juzgarlos o a exigirles responsabilidades tal como la hacemos con otros enemigos miembros de otras organizaciones políticas.

Específicamente en la sociedad dominicana, algunos dirigentes de organizaciones políticas han sido llevados a los tribunales acusados de malversación de fondos, como es el caso de Elías Wessin Chávez, el ex administrador de Bienes Nacionales y líder del derechista Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC), fue acusado de prevaricación, desfalco y asociación de malhechores.

En sumidas cuentas la maldad política nos conmociona cuando somos capaces de reconocer. Queremos dejar claro que reconocerla no significa que seamos cómplices del mal.

Norbert Bilbeny, catedrático de ética y decano de la facultad de filosofía de la universidad de Barcelona, nos habla muy claro entorno a lo que él considera que debe ser el accionar de los seres humanos: “Entre todas las conductas sujetas a razón es en la ética donde más tiene el hombre que cuidar su ser intermediario, por así decir, entre el ángel y la bestia. O, en otras palabras, donde más ocasiones tiene de mostrar su humanidad”.

Toda maldad política carece de los niveles de la ética y la moral que son la aplicación de esos sagrados principios en el comportamiento de los seres humanos. Hay maldad política, al momento que se montan campañas mediáticas en contra del liderazgo político de un determinado dirigente con la intención perversa de desplomar o desacreditar su credibilidad ante la opinión pública.

Esa maldad política a la que nos referimos camina hoy en día en la sociedad dominicana, algunas organizaciones políticas se han hecho propietarias de la misma, porque no entienden que esa contagiosa actitud política, no debe influir negativamente en el alma de la opinión pública, a tal punto de imitar a los depredadores de la virtud ciudadana, que muchas veces buscan acomodo en las instituciones políticas, cuando lo deseado moralmente es que la energía que llevan dentro los virtuosos de la política, sea el faro encendido en el sentimiento de la militancia, para asumir un comportamiento que hable bien por siempre del desarrollo civilizado de la organización política y sus dirigentes.

Nos preguntamos: ¿Existe o no maldad política en un partido político en el cual lo que ofrecen al país son malos ejemplos, divisiones, insultos entre sus dirigentes, violencia, pleitos y acusaciones entre unos y otros?


¡¡Una sociedad sin valores éticos dejará de ser humana!!  

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