Por Bernanda Ramírez
Asesora Regional de Educación 05
SAN PEDRO DE MACORIS.- Celebrar
el día de las madres, es un día especial porque la dedicamos a todas las madres
del mundo en distintas fechas.
Su
origen se remonta al año 1905, cuando una joven estadounidense Ana Jarvis de
Philadelphia perdió a su madre. a partir de ahí decidió escribirle a
religiosos, políticos, abogados y otras personalidades de su época, para que en
el aniversario de la muerte de su madre se escogiera ese día para la celebración
del día de las madres.
Tuvo
muchas respuestas con relación a esta petición y en el 1910 se celebra en casi
todos los países de norte y Latinoamérica.
En
el 1914 el presidente Woodrow Wilson, firmó la petición de ese proyecto
festejándolo el segundo domingo de mayo.
En nuestro país la fiesta a las madres
es reciente y se inició después de la desocupación norteamericana durante el
Gobierno de Horacio Vásquez.
A
partir del año 1926, se constituyó en Santiago de los caballeros el primer
concierto pro-día de las madres, estando a cargo de dicho comité las
prominentes educadoras Doña Trinidad de Moya, esposa del Presidente Horacio Vásquez
y Ercilia Pepín como las primeras en propiciar esta festividad.
A partir de esa fecha (1926) se estableció
como símbolo rosas rojas para las madres vivas, azucenas o nardos para las
madres fallecidas. Desde aquel día se estableció en nuestro país de manera
oficial mediante la ley 370 del 1926, que el último domingo de mayo se
celebraría dicho festejo.
En
el 1926 Ercilia Pepín en su escrito titulado “Invocación en el día de las
Madres” definió aquella
celebración como una tendencia a la humanización del pueblo dominicano,
considerándola guía de las generaciones en las que el sufrimiento del doloroso
devenir del pueblo dominicano, encarnó el sentimiento de la dominicanidad para
que los hijos agradecidos aprendieran a construir la patria.
En
mayo del año 1928, Ercilia Pepín, sobre ese día ratificando su criterio de que
ellas en ese día tan especial eran el símbolo, el cual debía ser
permanentemente reverenciado, honrando a la madre viva, a la muerta, a la
propia y a la ajena.
Hoy
y desde hace décadas esto ha cambiado y las rosas y los claveles han ido
desapareciendo de la costumbre, y aunque la forma a variado, provocado por el
interés comercial, para Ercilia Pepín y Doña Trinidad de Moya esta celebración
se mantiene y forma parte de nuestra cultura, y es la fecha después de algunas
festividades religiosas, más celebrada por los dominicanos y dominicanas.
Es
por esto que enmarcándonos en la celebración del Bicentenario del Nacimiento
del Fundador de nuestra República, la Regional de Educación 05 se place en
recordar a todas las madres, y muy especialmente la madre de nuestro Juan Pablo
Duarte, la señora Manuela Diez y Jiménez.
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