Por Yoel Concepción R.
Dirigente Estudiantil, yoelconcepcionr@gmail.com
A medida en que pasa el tiempo vemos
como la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la más antigua de
América, se queda postrada ante la sombra de los conflictos y
queda neutralizada ante el avance del conocimiento en un mundo tan
volátil como el presente.
En tiempos lejanos los
conflictos eran producidos por la paralización de la docencia que
generaban las guerras civiles y militares de la época, luego le precedió la
lucha de carácter socio político del régimen de Balaguer, que embargaba y
oprimía a las clases que perseguían nuevos aires de libertad. Más
reciente, y luego de la superación de esos tipos de batallas en la que nuestra
universidad era el epicentro, han cambiado las causas de los conflictos.
En virtud de la reciente historia vemos
que las trifulcas que acarreamos son producto del debate del presupuesto de la
UASD y de las medidas arbitrarias para obtener recursos provenientes de los
estudiantes y no del debate de la ciencia como debería ser.
Esta causa ya no debería ser
el dolor de cabeza de la juventud progresista de nuestro país y de
una sociedad con necesidad de avanzar y romper las barreras de las
desigualdades sociales.
La UASD es el centro de educación
superior que más profesionales aporta al país, y por ello debemos
predicar con el ejemplo. Las autoridades de esta academia deben
predicar con el ejemplo creando la base moral y científica en el accionar,
dejando de lado las medidas drásticas e inusuales para perseguir fines oscuros
muy evidentes. Es el tiempo de accionar como profesionales que promuevan la
verdadera gestión de transparencia, modernidad, democracia y respeto para poder
ser asimilado por la sociedad.
Basta ya de drasticidad, de echar la
carga a los más desposeídos, a la clase estudiantil, que es la crema de la
voluntad de miles de jóvenes que sueñan con lograr sus anhelos y formación para
alcanzar una vida llena de dignidad. La juventud sigue siendo la causa de la
existencia de la universidad.
¿Hasta cuándo será? Pues pienso que el
momento ha llegado ya por que poseemos el espacio y el tiempo para cambiar,
para ser el modelo de la sociedad y no la carga, no la pesadilla, no el
murmullo negativo. Debemos ser el ejemplo y la dirección de prosperidad.
Cambiemos el rumbo a la UASD.
Cambiamos el rumbo primero siendo
responsables, rindiendo cuenta, siendo transparentes, garantizando una
educación pública y de calidad, haciendo una UASD más participativa, e
integrando a la sociedad civil, al gobierno, a la clase política, eclesiástica
y todos los sectores del país.
Debemos comenzar ahora, por
dentro. Es urgente, cambiemos el rumbo de UASD.
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