Hotel Higüey es refugio de delincuentes
El hotel El Naranjo, por muchos años el centro obligado de diversión de distintas generaciones de higüeyanos, está convertido en una “chatarra” que es utilizada como punto de encuentro de delincuentes y drogadictos. Las puertas, las ventanas, los inodoros, los cables eléctricos y las cosas de utilidad han sido desmanteladas. El hotel es propiedad del Estado, pero no se conoce preocupación de autoridad alguna por el estado en que está. Chichí de Jesús Reyes
HIGüEY. El hotel El Naranjo, un centro que atesora grandes y profundos recuerdos y emociones en diferentes generaciones, ha sido saqueado y convertido en refugio de delincuentes y drogadictos ante la mirada indiferente de las autoridades.
Puertas, ventanas, lavamanos, inodoros, cables eléctricos y otros accesorios han sido desmantelados y sustraídos por grupos de vándalos. En horas de la noche el centro se convierte en antro de drogadictos.
La población atribuye la calamitosa situación en que se encuentran las instalaciones del hotel de propiedad estatal a las pasadas autoridades de la Secretaría de Turismo, que “hicieron caso omiso a las múltiples quejas planteadas”.
Todas las áreas del centro hotelero, desde la recepción, la discoteca, el comedor, salón de conferencias, restaurantes, hasta las habitaciones han sido desmanteladas por los delincuentes y la basura está por todos los lugares.
La suite presidencial de la segunda planta ha sido convertida en escombros y se nota la presencia de accesorios eróticos y botellas vacías.
Directivos de Unidos por Higüey, una organización que trabaja por el mejoramiento económico y social del pueblo altagraciano, revelaron que a mediados de 1994 el Presidente Joaquín Balaguer arrendó El Naranjo a la diócesis de La Altagracia y a la Unión de Representantes de la Provincia (URPA) por la simbólica suma de $1.00.
Luego de operarlo de manera exitosa durante cierto tiempo las dos instituciones transfirieron la administración del hotel al Grupo Barceló, que hace tres años resignó el control debido a “presiones de la secretaría de Turismo”.
El Grupo Barceló amplió el área física del centro con la construcción de un centro comercial en el frente que da a la avenida Juan XXIII y una plaza en la parte Sureste. Estas áreas operan bajo el control de la Corporación Hotelera Dominicana, se informó.
Unidos por Higüey dijo que después de la salida del Grupo Barceló inversionistas locales y extranjeros plantearon a Turismo su interés en arrendar el centro turístico. Nunca recibieron respuesta de parte de las autoridades. En el 2005 el Presidente dispuso que las instalaciones de El Naranjo fueran transferidas a un llamado Instituto de Formación Turística del Caribe.
El hotel El Naranjo, por muchos años el centro obligado de diversión de distintas generaciones de higüeyanos, está convertido en una “chatarra” que es utilizada como punto de encuentro de delincuentes y drogadictos. Las puertas, las ventanas, los inodoros, los cables eléctricos y las cosas de utilidad han sido desmanteladas. El hotel es propiedad del Estado, pero no se conoce preocupación de autoridad alguna por el estado en que está. Chichí de Jesús Reyes
HIGüEY. El hotel El Naranjo, un centro que atesora grandes y profundos recuerdos y emociones en diferentes generaciones, ha sido saqueado y convertido en refugio de delincuentes y drogadictos ante la mirada indiferente de las autoridades.
Puertas, ventanas, lavamanos, inodoros, cables eléctricos y otros accesorios han sido desmantelados y sustraídos por grupos de vándalos. En horas de la noche el centro se convierte en antro de drogadictos.
La población atribuye la calamitosa situación en que se encuentran las instalaciones del hotel de propiedad estatal a las pasadas autoridades de la Secretaría de Turismo, que “hicieron caso omiso a las múltiples quejas planteadas”.
Todas las áreas del centro hotelero, desde la recepción, la discoteca, el comedor, salón de conferencias, restaurantes, hasta las habitaciones han sido desmanteladas por los delincuentes y la basura está por todos los lugares.
La suite presidencial de la segunda planta ha sido convertida en escombros y se nota la presencia de accesorios eróticos y botellas vacías.
Directivos de Unidos por Higüey, una organización que trabaja por el mejoramiento económico y social del pueblo altagraciano, revelaron que a mediados de 1994 el Presidente Joaquín Balaguer arrendó El Naranjo a la diócesis de La Altagracia y a la Unión de Representantes de la Provincia (URPA) por la simbólica suma de $1.00.
Luego de operarlo de manera exitosa durante cierto tiempo las dos instituciones transfirieron la administración del hotel al Grupo Barceló, que hace tres años resignó el control debido a “presiones de la secretaría de Turismo”.
El Grupo Barceló amplió el área física del centro con la construcción de un centro comercial en el frente que da a la avenida Juan XXIII y una plaza en la parte Sureste. Estas áreas operan bajo el control de la Corporación Hotelera Dominicana, se informó.
Unidos por Higüey dijo que después de la salida del Grupo Barceló inversionistas locales y extranjeros plantearon a Turismo su interés en arrendar el centro turístico. Nunca recibieron respuesta de parte de las autoridades. En el 2005 el Presidente dispuso que las instalaciones de El Naranjo fueran transferidas a un llamado Instituto de Formación Turística del Caribe.
DEL PERIODICO HOY
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